pesca de fondo en barco

Pesca de fondo

 

La pesca de fondo es una técnica que consiste en capturar peces que habitan cerca del fondo marino, embalses o lagos. Podemos fondearnos, es decir anclarnos al fondo o pescar a la deriva.
Dependerá de cuanta corriente nos arrastre, si esto nos interesa. Y sobre todo, si queremos pescar en un pecio, una pared submarina, una zona de rocas o corales y no queremos que la deriva nos saque de ahí, echaremos el ancla,


Equipo necesario

  1. Cañas:
    • Longitud: Entre 2 y 4 metros.
    • Acción: Fuerte o extra fuerte para resistir grandes capturas y pesos pesados.
  2. Carretes:
    • Tipo spinning o baitcasting con buena capacidad de hilo.
    • Relación de recuperación media para manejar plomos pesados.
  3. Hilos:
    • Monofilamento (0,30-0,50 mm) o trenzado (más fino pero resistente).
    • Líderes de fluorocarbono para evitar que los peces vean el hilo.
  4. Plomos:
    • De diferentes pesos según la profundidad y corriente (80 g a más de 300 g).
    • Tipos: pera, bala o pirámide para fondos de arena, y plomos antienganche para rocas.
  5. Anzuelos:
    • Tamaño y tipo según la especie objetivo (generalmente del 2 al 8/0).
  6. Bajos de línea:
    • Líneas madre con múltiples anzuelos (de 1 a 3) y accesorios como emerillones para evitar enredos.

Cebos

  1. Naturales:
    • Para especies de fondo: Calamar, pulpo, sardina, caballa, gusano coreano, navajas, mejillones.
    • Cangrejos o gambas para peces como pargos y meros.
  2. Artificiales:
    • Jigs, vinilos o señuelos diseñados para imitar pequeños peces o crustáceos.
    • Uso común en fondos más profundos o si se busca dinamismo.

Especies habituales

  • En aguas saladas: Mero, besugo, dorada, pargo, congrio, lubina, chopa.
  • En aguas dulces: Siluro, bagre, lucio, carpa, trucha grande.

Época del año para la pesca de fondo

  • Primavera y otoño suelen ser las mejores estaciones, ya que los peces se encuentran activos y en búsqueda de alimento.
  • En invierno se pueden capturar especies más grandes, pero requieren cebos sustanciosos y paciencia.
  • En verano, la actividad se centra más temprano por la mañana o al atardecer.

Pesca de fondo anclada vs. a la deriva

  1. Anclada:
    • Ventajas: Mayor precisión; ideal para puntos específicos como zonas rocosas, naufragios o arrecifes.
    • Desventajas: Menor cobertura de área.
    • Ideal en: Fondos con estructuras claras donde se concentra el pescado.
  2. A la deriva:
    • Ventajas: Cobertura de mayor área; permite explorar diferentes profundidades y fondos.
    • Desventajas: Menor control, especialmente en corrientes fuertes.
    • Ideal en: Fondos arenosos o cuando el pescado está disperso.

Tipos de fondo y profundidades

  1. Fondos arenosos:
    • Facilidad para evitar enganches.
    • Especies: Doradas, lenguados, chuchos.
  2. Fondos rocosos o arrecifes:
    • Mayor biodiversidad, pero con riesgo de enganches.
    • Especies: Meros, pargos, congrios.
  3. Fondos mixtos (rocas y arena):
    • Combinan variedad de especies.
  4. Fondos fangosos:
    • Suelen albergar peces que buscan alimento en el lodo, como lenguados o rodaballos.

Profundidades:

  • 10-30 metros: Ideal para principiantes y para especies pequeñas y medianas.
  • 30-100 metros: Más exigente, pero con posibilidad de capturas más grandes.
  • 100+ metros: Requiere equipos especializados y experiencia.

Recomendaciones adicionales

  • Sonda o ecosonda: Útil para identificar las estructuras del fondo y localizar peces.
  • Clima: Busca días con poca corriente y viento moderado para condiciones óptimas.
  • Seguridad: Lleva un chaleco salvavidas, GPS y equipo de comunicación si pescas lejos de la costa.

Relato de una jornada memorable de pesca de fondo

Era una madrugada tranquila de otoño, cuando los rayos del sol apenas asomaban en el horizonte. Salíamos con clientes veteranos, expertos en la pesca. Esto siempre nos animaba y nos hacía ir con mas ilusión. El barco, listo desde primera hora y perfectamente equipado con una buena sonda y un ancla resistente. Cebos preparados, cañas, nevera con las bebidas frías y todo lo relativo a equipos. Nuestro objetivo: un punto de pesca rocoso a unos 35 metros de profundidad, donde sabíamos que merodeaban pargos, meros y alguna que otra dorada.

La preparación del día
Antes de salir, preparamos los cebos. Esta vez llevamos, además de calamar fresco, algunas sardinas, langostinos y algún pulpo pequeño, que compramos en el mercado.

Al llegar al punto marcado en la sonda, los signos eran prometedores. La pantalla mostraba una nube densa cerca del fondo, indicando actividad de peces. Jorge soltó el ancla y preparamos las cañas. Él optó por un bajo de línea con dos anzuelos y un plomo de 200 gramos, mientras yo preferí un único anzuelo más grande con un cebo voluminoso: media sardina bien fijada.

El primer éxito
No pasaron más de 10 minutos cuando Jorge se pone al lado de un cliente que sintió un fuerte tirón en su caña. Con la experiencia de años de pesca, dejó que el pez corriera un poco antes de tensar el hilo. «Es un buen ejemplar», dijo emocionado. Había puesto una sardina entera fresca y fue nada mas que lanzarla, cuando cayendo al fondo le entró el pescado. Tras una lucha de varios minutos, apareció en la superficie un hermoso dentón de unos 6 kilos, con sus colores azulados brillando al sol. Una captura que ya hacía valer el esfuerzo de levantarnos temprano.

El desafío del mero
Mientras celebrábamos, noté un fuerte tirón en mi línea. Había puesto de cebo un pulpito chico y este tirón era diferente, mucho más pesado y con cabezazos contundentes. Sabía que era un mero, uno de los reyes del fondo y le pasé la caña a uno de los clientes mas experimentados, esta lucha había que ganarla. La pelea fue intensa; el pez trataba de refugiarse entre las rocas, y tuvo que mantener la tensión constante para evitar que cortara el hilo. Finalmente, con el carrete rechinando, logró subirlo. Era un magnífico ejemplar de unos 5 kilos. El sudor de su frente no era por el sol, sino por la adrenalina.

La sorpresa inesperada
Cuando el sol ya estaba alto y el ritmo de picadas había disminuido, Jorge decidió cambiar el cebo por un trozo de pulpo. Justo cuando estábamos recogiendo las cañas para volver, su carrete comenzó a girar con furia. Algo grande había mordido. Esta vez, la lucha fue más larga, y las especulaciones no faltaron: «Un congrio», dijo él. «No, debe ser un pez de fondo más grande». Tras una batalla que parecía no acabar, apareció un enorme congrio, de más de metro y medio, que nos dejó sin palabras.
Al final del día, con muy buenas capturas de pargos, serranos, cabrachos y una breca. Además de nuestro buen dentón, un excelente mero y un enorme congrio.

Lecciones de la jornada

  1. Siempre es útil llevar una variedad de cebos; cada especie tiene su preferencia y el cambio puede marcar la diferencia.
  2. La paciencia y el conocimiento del equipo son clave. Ajustar bien los frenos del carrete y no precipitarse es crucial con peces grandes.
  3. Conocer el terreno, ya sea con una sonda o por experiencia previa, aumenta las probabilidades de éxito.

Volvimos al puerto con un botín más que satisfactorio y el corazón lleno de emoción. Cada jornada de pesca de fondo tiene algo único: sorpresas, aprendizajes y, sobre todo, la satisfacción de compartir momentos con amigos y la naturaleza.

Publicaciones Similares